Como muchos otros, en algun momento de mi adolescencia leí las novelas de Francis Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, John dos Passos o William Faulkner. Calificar su obra corresponde a otros. Yo sólo diré que cuando menos tuvieron el efecto en mí de... realizar un programa de toros, correr encierros en Pamplona, descubrir el Bourbon de Kentucky y aprender a distinguir el buen jazz.
También, en algún momento (tal vez menos confesable de nuestra adolescencia) hemos leído "On the road", (En el Camino) de Jack Kerouac. Una novela que nos hacía viajar de un extremo a otro de los Estados Unidos acompañados de Neal Cassidy y Allen Ginsberg. Dejo de nuevo a la crítica su juicio. Yo sólo diré que bajo su influencia incluso llegué a escribir poemas Beatnicks y Fanzines en la Universidad., e incluso a rodar cortometrajes en Super 8 bastante decadentes sobre "la Movida Madrileña."
Mirando hacia atrás sin ira...
La primera de las referencias ha pasado a la historia como la "Generación Perdida". La segunda como la "Generación Beat". Ambas se estudian con seriedad en las universidades y cuentan con expertos que no soportarían una noche de juerga con los auténticos elementos de cualquiera de los dos grupos. En cualquier caso, su mérito es que estas generaciones tenían algo que decir y lo dijeron, y lo dijeron bien y claro, y lo que dijeron sirvió y sigue sirviendo de referencia a muchos.
Mirando hacia adelante con dudas...
Ahora, cuando miramos a nuestro alrededor vemos a gente joven más bien desorientada, generalmente en el paro (o a sus puertas) y a la búsqueda de una actividad que les de para vivir y organizarse la vida; una vida que en pocos casos será mejor que la de sus padres, quizás por eso son por lo general mentalmente conservadores. Si, he dicho conservadores, da igual el aspecto exterior que presenten. De ellos destacaría lo impreciso y contradictorio de sus reclamaciones, asimismo lo sorprendente de sus acciones violentas.
En Tottenham y otros rincones del Reino Unido, algunos jóvenes, pertrechados con su Blackberry, asaltaron tiendas de moda y de electrónica, no supermercados en busca de comida, y entre ellos había "sujetos" de todas las clases sociales. La policía apenas se "empleó" pensando que podía llegar a golpear sin querer al hijo de un cargo público o de una "celebrity".
Esta nueva generación es motivo de análisis por parte de sociólogos, antropólogos, psicólogos y demás familia. Las Marcas, (que es de lo que tratamos sobre todo en este blog) coinciden en que se encuentran ante un nuevo reto, tan difícil de calificar, como de clasificar o gestionar.
En general, y por el momento, los más avezados expertos en marketing han respondido de la misma elemental y recurrente forma: "Debemos estar en las Redes Sociales, allí es donde se desarrollan". Por eso están permanentemente a la caza de lo que se ha dado en llamar el Community Manager. Una nueva figura que ya tiene hasta programas Master en prestigiosas Escuelas de Negocios Internacionales.
Un reciente estudio sociológico señala una extraña y curiosa "esquizofrenia" en los nuevos jóvenes...
Diez rasgos desconcertantes
1.- Nunca han sido más solidarios y sin embargo son bastante egoístas.
2.- Muchos se definen anti-sistema y nunca han sido tan marquistas.
3.- Detestan la fuerza organizada pero les fascina la violencia desorganizada.
4.- Tienen grandes conocimientos, pero generalmente sobre muy pocas materias.
5.- Son sinceramente antixenófobos, pero su clasísmo se ha incrementado.
6.- Se ven a si mismos como comprometidos pero sin renunciar al hedonismo.
7.- Desprecian el patriotismo y reivindican el localismo y la tribu.
8.- Son capaces de grandes movilizaciones, pero son incapaces darles continuidad.
9.- Están de acuerdo en que no hay nada absoluto salvo que todo es relativo.
10.- Se consideran concienciados pero mantienen una actitud pasiva.
Estos son sólo algunos datos... Llamativos, contradictorios y sobre todo desbordantes. Desgraciadamente la mayoría de las propuestas creativas de hoy en día son sólo refritos de otras anteriores. Podríamos decir como Shakespeare que estamos en "el Invierno del Descontento".
Intuir el futuro
Una cosa si parece segura, y es que a pesar de la globalización ya no podremos volver a hablar de "la" generación, sino de múltiples generaciones que conviven en el tiempo, que aparecen y desaparecen, que se mezclan o se combaten entre sí. Y es más que probable que tengamos que aprender a convivir (y a vender) en un entorno cada vez más contradictorio.
(c) Eduardo Irastorza
También, en algún momento (tal vez menos confesable de nuestra adolescencia) hemos leído "On the road", (En el Camino) de Jack Kerouac. Una novela que nos hacía viajar de un extremo a otro de los Estados Unidos acompañados de Neal Cassidy y Allen Ginsberg. Dejo de nuevo a la crítica su juicio. Yo sólo diré que bajo su influencia incluso llegué a escribir poemas Beatnicks y Fanzines en la Universidad., e incluso a rodar cortometrajes en Super 8 bastante decadentes sobre "la Movida Madrileña."
Mirando hacia atrás sin ira...
La primera de las referencias ha pasado a la historia como la "Generación Perdida". La segunda como la "Generación Beat". Ambas se estudian con seriedad en las universidades y cuentan con expertos que no soportarían una noche de juerga con los auténticos elementos de cualquiera de los dos grupos. En cualquier caso, su mérito es que estas generaciones tenían algo que decir y lo dijeron, y lo dijeron bien y claro, y lo que dijeron sirvió y sigue sirviendo de referencia a muchos.
Mirando hacia adelante con dudas...
Ahora, cuando miramos a nuestro alrededor vemos a gente joven más bien desorientada, generalmente en el paro (o a sus puertas) y a la búsqueda de una actividad que les de para vivir y organizarse la vida; una vida que en pocos casos será mejor que la de sus padres, quizás por eso son por lo general mentalmente conservadores. Si, he dicho conservadores, da igual el aspecto exterior que presenten. De ellos destacaría lo impreciso y contradictorio de sus reclamaciones, asimismo lo sorprendente de sus acciones violentas.
En Tottenham y otros rincones del Reino Unido, algunos jóvenes, pertrechados con su Blackberry, asaltaron tiendas de moda y de electrónica, no supermercados en busca de comida, y entre ellos había "sujetos" de todas las clases sociales. La policía apenas se "empleó" pensando que podía llegar a golpear sin querer al hijo de un cargo público o de una "celebrity".
Esta nueva generación es motivo de análisis por parte de sociólogos, antropólogos, psicólogos y demás familia. Las Marcas, (que es de lo que tratamos sobre todo en este blog) coinciden en que se encuentran ante un nuevo reto, tan difícil de calificar, como de clasificar o gestionar.
En general, y por el momento, los más avezados expertos en marketing han respondido de la misma elemental y recurrente forma: "Debemos estar en las Redes Sociales, allí es donde se desarrollan". Por eso están permanentemente a la caza de lo que se ha dado en llamar el Community Manager. Una nueva figura que ya tiene hasta programas Master en prestigiosas Escuelas de Negocios Internacionales.
Un reciente estudio sociológico señala una extraña y curiosa "esquizofrenia" en los nuevos jóvenes...
Diez rasgos desconcertantes
1.- Nunca han sido más solidarios y sin embargo son bastante egoístas.
2.- Muchos se definen anti-sistema y nunca han sido tan marquistas.
3.- Detestan la fuerza organizada pero les fascina la violencia desorganizada.
4.- Tienen grandes conocimientos, pero generalmente sobre muy pocas materias.
5.- Son sinceramente antixenófobos, pero su clasísmo se ha incrementado.
6.- Se ven a si mismos como comprometidos pero sin renunciar al hedonismo.
7.- Desprecian el patriotismo y reivindican el localismo y la tribu.
8.- Son capaces de grandes movilizaciones, pero son incapaces darles continuidad.
9.- Están de acuerdo en que no hay nada absoluto salvo que todo es relativo.
10.- Se consideran concienciados pero mantienen una actitud pasiva.
Estos son sólo algunos datos... Llamativos, contradictorios y sobre todo desbordantes. Desgraciadamente la mayoría de las propuestas creativas de hoy en día son sólo refritos de otras anteriores. Podríamos decir como Shakespeare que estamos en "el Invierno del Descontento".
Intuir el futuro
Una cosa si parece segura, y es que a pesar de la globalización ya no podremos volver a hablar de "la" generación, sino de múltiples generaciones que conviven en el tiempo, que aparecen y desaparecen, que se mezclan o se combaten entre sí. Y es más que probable que tengamos que aprender a convivir (y a vender) en un entorno cada vez más contradictorio.
(c) Eduardo Irastorza
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