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17 de enero de 2012

El Proceso. 1ª parte · El Banco (Homenaje a Kafka)


" Conseguir un nuevo cliente es muchísimo más caro que retenerlo". ¡Amén! Todos los expertos en marketing parecen estar de acuerdo en este axioma, no así en la proporción: ¿el 50?, ¿el 70?, ¿el 90% más caro?

 Poco importa si en lo fundamental coinciden. Sin embargo, el corto plazo sigue primando y todas las atenciones se focalizan en la captación de nuevos clientes, aunque ésto suponga un agravio comparativo para los que ya lo son. Este hecho es especialmente evidente en algunos sectores, como las las finanzas.  En este post vamos a mostrar un ejemplo de la realidad que una vez más superan a la ficción.

Un e-mail para los empleados

Una mañana, Josef K (el nombre es ficticio pero intencionado) como todos los días al iniciar su jornada laboral, encendió el ordenador y fue a la máquina de café de la empresa mientras se abrían los programas. Al regresar a su mesa abrió el correo y le llamó la atención un e-mail titulado "Oferta Exclusiva para Empleados". Lo abrió y se encontró con unas amables palabras del director de recursos humanos:

 "Estimados compañeros, os presento la oferta que el Banco con el que hemos llegado a un acuerdo para colaborar nos ofrece en exclusiva. Espero que sea de vuestro interés y que reconozcáis en ella una muestra de la preocupación que sentimos por hacer de nuestra empresa "el mejor lugar para trabajar", etc, etc, etc."

 Josef K. dió un repaso a las ventajas de la oferta, eran excelentes, mejores condiciones que las que le ofrecía su banco, al que era fiel desde hacía más de veinte años. La sorpresa venía al final de la carta, la propuesta la firmaba el Banco A ¡"su" propio banco!

La edad de la inocencia

Josef K fue a su sucursal el primer día libre de que dispuso y solicitó una entrevista con el director, un chico nuevo y bien trajeado en Hackett. Le explicó su caso... le describió la oferta... le habló de su probada fidelidad... y le exigió que se le aplicasen todas aquellas ventajas de inmediato.

El joven "bancario" (ser banquero es otra cosa muy distinta) mantuvo una impertérrita y tensa sonrisa y le contestó que todo aquel paquete de beneficios, incluida la hipoteca, sensiblemente inferior a la que pagaba fielmente Josef K, era para "Nuevos Clientes".

- Es decir - señaló Josef K - ¿para gente que no lleva tiempo en el banco?

- Si - respondió el joven de la corbata con el escudo de LBS.

- Es decir, ¿para gente de la que apenas saben muy poco y que no ha demostrado nada?

- Sí... bueno hasta cierto punto.

- Es decir, que si me voy y vuelvo podrían llegar a ofrecérmelo... ¿No?

- Sí, claro, desde luego (sería ganar un cliente - pensó - aparecería en la cuenta de nuevo negocio, ¡su bouns sería mayor!...)

- Es decir,  ¿que tengo que largarme?

- ¡No!, no... basta con que traigas (¡ya le tuteaba!) la oferta de otro banco que mejore tus condiciones y nosotros contra-ofertaríamos dándote todas las nuevas ventajas.

- Es decir, ¿que tengo que tomarme  la molestia de ponerle los cuernos con otro banco, volver con las pruebas y "usted" me perdona y me da todo lo que pido?

- Yo no lo diría tan crudamente - respondió el joven que olía a Calvin Klein - pero en lo sustancial es del todo exacto.

La inocencia perdida

Josef K salió del Banco A y cruzó la calle para entrar en el Banco X. Allí fue extraordinariamente bien atendido en cuanto explicó que quería cambiar su hipoteca. Le prometieron que en un par de días recibiría una oferta mucho mejor. Así fue.

Volvió al Banco A, mostró su nueva oferta y el joven director de sucursal le aseguró que en dos días recibiría una contra-oferta aún mejor. Josef K se sorprendió de que aquel sujeto no se sintiese ni siquiera un poco agraviado por su infidelidad, al contrario, estaba feliz.

Josef K regresó al Banco X en cuanto recibió la confirmación de la mejora de sus condiciones en el Banco A. Tampoco aquí ninguna mala cara. Únicamente una nueva oferta muchísimo mejor que la anterior y que Josef K puso tres días más tarde ante las narices del director de la sucursal del Banco A.

- Lamento que no podamos mejorarla - dijo el joven, mientras jugueteaba con las llaves de su  nuevo Mini Cooper - es una oferta imbatible... y entendería que nos dejase, pero reconozca que sería una incomodidad, ya sabe... las domiciliaciones, la nómina, los impuestos... y todo eso.

 - No se preocupe, mi nuevo banco se encarga de tramitarlo todo y sin ningún coste. Además, la incomodidad ya la he sufrido. Así que...¡ ADIÓS!

- Lo lamento (bueno, al fin y al cabo - pensó - ese no era "su" cliente).

- Sólo una cosa antes de irme - dijo Josef K antes de pasar por la puerta de cristal blindado con detector de metales ultrasensible - ¿Se ha dado cuenta de que ustedes tratan mejor a sus amantes que a sus esposas?

- La verdad, no lo había visto nunca de ese modo, pero... puede que sea así.




Eduardo Irastorza

Nota: Muy pronto, El Proceso · 2ª Parte · Las Telecomunicaciones.. y después ... LA SOLUCIÓN PASA POR EL CRM


22 de julio de 2011

Un, dos, tres, las Cajas otra vez


El atildado y popular presentador con acento peruano cogía en sus manos, repletas de relojes, la tarjetita que descansaba sobre la Caja Nº3.

La Caja había sido traída momentos antes por el humorista de turno y entregada después de repetir la muletilla de su cosecha. Kiko Ledgard leía con voz pausada:

En tiempos del romanos solía decirse que un esclavo con dos dueños era un hombre un libre… y ¡hasta aquí puedo leer!"...


Tensión


Era el momento más esperado, el instante cumbre del programa de más audiencia y el mayor éxito internacional en la historia de la televisión española. Millones de familias discutían a voz en grito ante sus televisores: “El coche está en la Caja Nº2”, “De ninguna manera, está en la Nº 1, porque la ha traído un tipo vestido de escocés”, “Tú te callas niño, que a estas horas deberías estar ya en la cama”…

El presentador, junto a los dos excitados concursantes, arrojaba aún más oscuridad a la decisión final. Siempre, por supuesto, con una exquisita elegancia:

- El Presentador: “ ¿Entonces... dejamos la Caja Nº 2?

- La Concursante:“ No sé, lo que tu digas cariño.”(No quería broncas si volvían a casa sin el SEAT 1430).

- El Concursante: “No, mejor decide tú, mi amor” (Decía él, deseando que no les tocase el apartamento en Torrevieja).


Desenlace


Finalmente, (y este era un nuevo y noble rasgo de nuestro incipiente sentido democrático) los Concursantes se volvían a la audiencia y preguntaban:


- Los Concursantes: "Y el público... ¿qué dice?

Se organizaba entonces una desordenada y ruidosa votación a mano alzada y salía elegida por mayoría la Caja Nº 3.

- El Presentador: “Entonces... ¿leo?” (Era un último rasgo de medido sadismo).

- La audiencia: ¡¡¡¡Siiiiiiiiií!!!

- El Concursante: Venga, sí mujer, si hemos venido a jugar (mentira, él había venido a por "su" coche).

- El Presentador: “Los romanos decían que un esclavo con dos dueños era un hombre libre… ¡como libres se van a sentir de pelar estos 1.000 kilos de frutas variadas gracias a la moderna licuadora Philips, con tres velocidades, y que además trocea y enfría los más deliciosos zumos!”


Las Azafatas, todas con enormes gafas (que ahora vuelven a estar de moda) agitan felizmente sus manos sobre una pila infinita de frutas de la tierra.


Es el fín. Entran créditos y Sale la calabaza "Ruperta" con la inolvidable sintonía.


Anticlimax


En realidad, la historia no ha cambiado tanto...

Encima de la mesa hay bastantes Cajas...

En este caso son Cajas de Ahorros. Unas son grandes, otras pequeñas, incluso algunas contienen otras cajas dentro de sí (al menos eso parece). Exteriormente, durante los últimos años,todas ellas se han gastado mucho dinero en ponerse bonitas, en hacerse más atractivas: no han escatimado en divertidos logos, spots de TV originales, promociones Cayenne, oficinas que invitan a pasar tranquilamente la mañana, a hacer amigos, sin duda una excelente alternativa a la sala de urgencias del dispensario municipal.

Hasta donde se podía leer... y hasta hace muy poco, todo sonaba maravillosamente bien. Las intenciones no podían ser más nobles. Se recurría a prescriptores que perfectamente podrían haber salido años antes en un, dos, tres, se empleaba el humor chisposo, las coreografías multitudinarias y los jingles más pegadizos…

Pero nadie, sabía (aparentemente) lo que contenían "aquellas Cajas". Bueno algo si: los propios ahorros de toda una vida, porque la lealtad a la Caja "de siempre" pasaba de padres a hijos.

Hoy todos sabemos que en breve no estarán todas las que son. Hay que decidir cuales se quedan sobre la mesa y cuales se van. Todo hace pensar que el comodín del público no va a ser esta vez el criterio predominante. Además han surgido nuevos "supertacañones" que hablan alemán.


Reinventar la Conversación

Hay demasiado en juego. Tanto, que una estrategia de transparencia y honestidad es la única aceptable. Basta de discursos divertidos, de guiños y afinidades y empecemos a llamar las cosas por su nombre.

¿Estoy diciendo con ello que la Comunicación (muchos le siguen llamando simplemente Publicidad) no tiene sentido?, ¿Que carece de función?

¡Todo lo contrario!

Ahora más que nunca es preciso potenciar los canales de información que fijen las decisiones, de todos, sobre criterios sólidos, contrastados y objetivos.

Es necesario un poco más de autentico CRM (interactivo)…
y menos fuegos artificiales.
Se puede hacer.
Se debe hacer bien.

En realidad, no hay alternativa a que así sea.

Eduardo Irastorza


8 de abril de 2011

Banca Privada: ¿Volver a empezar?

Eduardo Irastorza.

En los últimos años uno de los sectores más competitivos en la captación de clientes ha sido sin duda el financiero. De hecho, la pelea sigue y seguirá durante bastante tiempo, incentivada por la captación de eso que llaman “cash” y que no es más que el dinero contante y sonante. Un bien, hoy por hoy extraordinariamente escaso.


Uno de los primeros síntomas que como profesional de la comunicación percibí de que las cosas no iban tan bien, de que la crisis ya estaba ahí, fue cuando los grandes bancos privados empezaron a solicitar estrategias de captación “Premium” para segmentos “más bajos”.

De repente cualquier persona con más de 100.000 € en cash (e incluso menos) ya era objeto de toda su atención. El problema radicaba en cómo captarles sin generar un sentimiento de agravio entre los clientes ricos “de toda la vida”.

Se hicieron intentos de comunicarlo con mensajes demasiado sutiles en los medios convencionales encargados a las agencias de ATL y de Medios, sin obtener los resultados apetecidos. Los responsables de este tipo de comunicación desaparecieron y llegaron otros nuevos con nuevas ideas. Fue entonces cuando el tiempo, la razón, el ROI y sobre todo los presupuestos, señalaron a la comunicación BTL, y sobre todo online como el camino más adecuado para esta estrategia.